Trick and treat ~ {Muu & Arya}

por **Nemesis** Jue Oct 09, 2014 5:07 pm

Tenía un asunto pendiente en Hell. Más bien, el llamado de la naturaleza la había incitado a corregir a aquellos pecadores que cobraron su pena siendo descuartizados por ella.
Se encontraban en un bar, eran dos hombres de naturaleza anónima, quienes fingían coquetear con ciertas meretrices del pueblo que ganaban su vida haciendo lo que hacían. De por sí la historia no tenía importancia, la razón jamás le importó a esta, sino los resultados... y estos eran enojos e iras. Sí, fue una noche bastante amplia para la peliblanca; su arma se estaba quedando sin filo ya de tantos pecadores que había aniquilado esa noche. Sabía que en Hell encontraría muchos de ellos, así que además de ser una noche con mucho trabajo que hacer ella estaba feliz, sus ojos ya se habían tornado carmín hace mucho tiempo, su ropa estaba con más sangre de lo común, pero a ella le encantaba. Era digna del trabajo y más le encantaba cuando ella estaba de ánimos para matar.

Se dirigió a un pequeño motel que se encontraba algo lejos de la zona donde había ocurrido lo anterior. Quiso descansar antes de tomar rumbo a otras tierras, también debía lavar su propio vestido porque no era para nada elegante que ande manchada con sangre por todos lados. Pagó al recepcionista con algunas monedas que llevaba de ese pueblo y se encaminó a su habitación; No, no se esperaba mucho de un motel como ese, ella estaba acostumbrada a vivir un tanto 'mejor' que las personas común y corriente, venía de la clase social alta, así que un motel así... nada, simplemente rodó de ojos y se dirigió al baño a lavar sus prendas.
Una vez ya lavadas se dirigió a donde sería la sala común (la cama, los muebles, las ventanas, mini refrigerador, etc. ) abrió la ventana y se posó sobre el marco de la ventana, observando como la luna se expresaba en su máximo resplandor y brillaba por todo el pueblo.

Un pequeño bostezo dejó salir para luego dirigirse a la cama.
Había sido una noche bastante movida, una de las muchas que siempre tiene. No podía decir que se estaba cansando de hacer lo que hacía porque ese era su trabajo y estaba aferrada a ello de por vida, pero sí podía decir que quería aventuras más y más poderosas que aquellas que tenía en la actualidad. Extrañaba a sus hermanas, con ellas solían salir de noche a cazar a cualquier criatura que había pecado. Su mejor amiga y hermana era Lust, y se la conocía por el nombre de Deous, era, como los civiles la llamaban, el pecado de la lujuria. ¡Cuántas historias tenían juntas! Sí, en verdad la extrañaba mucho.. a todas sus hermanas.
Suspiró un largo rato para luego caer en la cuenta que caía plenamente dormida.
¿Los sueños de un demonio pecado capital..? Son tantos, no sabría decir si son sueños o pesadillas, ambos suenan bastante intensos para un ser como lo que era ella. Seguía en su pequeño país de las maravillas de ensueño hasta que escuchó un sonido bastante perturbador que provenía de, parecía ser, la ventana. Con el ceño bastante fruncido y la cara de malas que tenía por estar agobiada y querer descansar más, no hizo mas que levantar la cabeza, la mirada, a ver qué le estaba evitando el sueño; ya pensaba en las mil y un formas de matar a lo que sea que no la dejara dormir - Maldición - fue lo único que susurró para luego divisar una pequeña envoltura color liliácea que se había posado bajo la ventana, sobre la alfombra. ¿Quién mierda le mandaría una carta al pecado de la Ira? Con las pocas y únicas ganas del mundo hizo un pequeño chasquido de dedos y la carta ya yacía a su lado, ondeó la mano sobre la carta y la abrió.

En la carta citaba:

- ¿Noche de los difuntos...? - enarcó una ceja y no pudo evitar reír. Si esto era alguna clase de hechicería para hacer que todos los pecadores vuelvan a la vida para traicionarla y matarla no funcionará. La idea de ir disfrazada a algún lugar le llamaba la atención. Ya se había disfrazado con sus hermanas antes, por lo que una vez más no mataría a nadie.
Conocía el lugar, Elfenorth, rodeaba un tanto su reino por lo que ya se había aventurado en aquél bosque de increíble longitud. Por falta de trabajo de aquél día (no, no había localizado ningún pecado todavía) aceptó el reto de ir a tal lugar, con expectativas bastante grandes de poder hacer su trabajo en ese lugar.

No estaba tan lejos de allí y sería más elocuente estar preparada y llegar armada al lugar, quién sabe qué pasaría si fuera caminando como un ser humano común y corriente, ¿no?.
De inmediato se transformó en su forma de mariposa, aleteando hasta aquél lugar, mientras veía que el sol ya iba cayendo de nuevo, para invitar a su compañera a iluminar la noche. Había pasado bastante desde que salió del motel buscando qué llevar a aquella fiesta y encaminarse a ir.
Los árboles del lugar tan altos como los rayos del sol nunca pudieron estar, como siempre los recordaba. No le fue demasiado difícil encontrar aquella fiesta; ésta estaba iluminada de velas y candelabros falsos que colgaban por los árboles, arañas y telas de araña, muchas mesas con comida y bebida, y mucha pero mucha decoración. Volaba por encima de todos con suma delicadeza, aprovechando y apoderandose de todo lo que sucedía en el lugar para que no se le escape nada, todos tenían un aire bastante interesante.

por **Muu Dragares** Vie Oct 10, 2014 7:27 pm

- Muchos aspectos del término 'vida normal' fueron dislocados, quebrados & arrancados ante el deceso del mundo conocido & el nacimiento de End, pero no todos, pequeñas costumbres, rituales, también festejos, sobrevivieron a través del tiempo & los cambios planteados en un mundo qué desesperadamente se vio forzado a cambiar. La Noche de Brujas, o mejor conocida como Hallowen es un perfecto ejemplo de tal fenómeno, quizá no tanto tiempo atrás se miró a ese día con frialdad siendo descrito como 'una excusa para qué los niños se disfracen & de paso pidan caramelos' pero ¿cual es su naturaleza en realidad? Muchas son las explicaciones, acorde a algunas leyendas es el día donde las fronteras del mundo de los muertos se expanden en un rango tal qué la cercanía con el de los vivos se vuelve casi tangible, leyendas celtas, tradiciones romanas, festividades paganas asimismo tienen su lugar en libros, cuentos & por si no fuera poco en el habla cotidiana de distintos seres de End, sobretodo de los corrientes humanos.

- Acerca de eso, una extraña invitación había llegado a las puertas del Palacio de las Flores ubicado en el reino natura, sitio donde algunos de los conciliums habían elegido vivir, Muu Dragares abrió con cuidado el peculiar escrito en cuestión. Este con ingenio sugería una pequeña, o no tan pequeña fiesta qué se celebraría el 31 de octubre ¡No una fecha cualquiera! El pelirrojo nunca había asistido a una celebración de ese estilo... realmente le causaba curiosidad &/o interés el encontrarse en medio de una, por ende una sutil, casi imperceptible sonrisa se dibujó en su rostro momentáneamente. Se encargó de qué la invitación llegue a todos los lugares palacio, no obstante no taró demasiado en darse cuenta de qué sería el único representante del gobierno de Garden en aparecerse por allí.

- El lugar de la fiesta no sería uno lejano, una amplia arboleda extendida alrededor de todo Garden, tampoco demasiado distante de su ciudad natal, no obstante aún tierras inexploradas en lo qué al dragun respecta. De todas formas, no sería complicado llegar hasta allí... por lo pronto su más inmediata preocupación sería como disfrazarse ¿como un brujo, quizá un demonio o... un vampiro? - ¿Reconoceré si acaso va uno verdadero o está disfrazado? - Pensaba de manera despreocupada mientras divagaba acerca del 'terrorífico' disfraz qué podría llevar a su primera fiesta de Hallowen.

- Durante la tardecita, cuando el sol quería ponerse detrás del horizonte era el color rojizo del cielo el qué iluminaba el verde con azul de la capital & el frío invernal empezaba a penetrar los huesos de los presentes, muchos ya estaban bajo el cobijo de los hogares pero justo en la tierra del jardín la noche cobra un especial sabor, muchos elfos cómodos ante el cobijo de la noche qué se aproximaba no dudaban en salir a recibir la luna, motivación de adoración para algunos, ningún secreto es qué las hadas están a la espera de la luz del astro con tal de volar bajo la misma con su habitual encanto & a decir verdad el cielo poco a poco se iba tomando un tinte cada vez más sombrío, pese a ello Muu hoy no observaría este espectáculo, antes del caer de la oscuridad había partido hacia Elfenorth.

- El dragun nunca se había impacientado por llegar a su destino & esta no sería la excepción, con tranquilidad había andado su trayecto hacia el bosque, junto a su lobo qué estaba especialmente activo en este tipo de paisajes, la dama nocturna solemne había substituido al astro rey antes de qué este pudiera llegar a Elfenorth, los ruidos de todos tipo de animales podrían ser escuchados a lo largo del lugar, bastante estruendosos & desiguales, podrían ser motivo de miedo para algunos siendo qué no todos los seres qué allí merodean se caracterizan por su benevolencia & si bien era la noche de los difuntos todavía no aparecía ningún muerto frente a ellos. Las luciérnagas iluminaban el camino mejor qué cualquier farol, & si fuese necesario Muu podrían usar sus sentidos extraordinariamente agudizados por su misma condición.

- Guiado por el ruido, & en algún momento por las 'luces' encontró su camino hacia la fiesta, todavía eran visibles los árboles anormalmente extensos & las aguas casi cristalinas pertenecientes al reino de Hell las cuales resplandecían con sutil hermosura sin nada qué envidiar al gran lago en el centro de la capital, de donde venía este forastero. Él caminaba aún tranquilo junto a su amigo de cuatro patas, calabazas cortadas de manera singular & tétrica adornaban el sitio con faroles dentro, casi todos estaban disfrazados de algo en particular, llegó a observar varios 'fantasmas' así como hombres quemados con cuchillas & una variedad de seres espectrales cuyos nombres desconocía, por su parte se había disfrazado un hombre lobo, un par de orejas color negro se erguían a los lados de su cabeza, colmillos en su dentadura & en las extremidades fieras garras. Llevaba pelo falso de tinte negro azulado a lo largo de su cuerpo, había amenazado al huargo de qué cortaría su pelaje para usarlo en la fiesta, después de todo volvería a crecer pero aquel ladró agresivamente negando con desdén la propuesta del chico, o eso pensó Muu qué finalmente optó por comprar un disfraz. Pues no tenía la paciencia para hacer uno, o la habilidad.

- A todo esto, decidió ir a buscar una bebida para comenzar la noche de buena manera, esperanzado qué el ponche estuviese lo suficientemente fuerte así qué se hizo con un vaso sin más, le dio una buena probada tomando la mitad del vaso de un trago advirtiendo qué tenía un muy buen sabor... si tenía un buen índice de alcohol lo descubriría con el pasar de los minutos. De repente captó la silueta de... ¿una mariposa brillante? Volaba casi casualmente no muy lejos de él, obviamente llamó su atención, se encontraba por encima sin embargo creía alcanzarla fácilmente con su largo brazo zurdo así qué intentando agarrarla cerró su puño en torno a esta figura sin saber qué era en realidad, motivado una vez más por la curiosidad.

por **Nemesis** Jue Oct 16, 2014 4:18 pm

Claramente se había disfrazado para el motivo; llevaba un traje de mariposa. Claro estaba que le iba a ser honor a su bicho preferido, ¿no?. Estaba vestida con un vestido de tinte negro con marcas y destellos dorados, unas alas preciosas doradas y negras también, halagando su esbelta figura. Traía el cabello rizado con una flor color oscura, maquillaje algo marcado por la ocasión; medias negras y botas muy, muy altas.

La curiosidad de saber las intenciones de las personas que estaban allí le agarraba más y más fuerte cuando pasaba por encima de ellas, casi desapercibida.
Llamar la atención con su figura humana, por llamarla de alguna manera, era bastante obvia. Se vestía como para atraer a las personas, para que cometieran ese pecado que, muchos confundían con el pecado de una de sus hermanas... pero esa es otra historia.

Revoloteó por casi todo el lugar principal, había una parte donde el lugar fingía tener casas reales de humanos donde se podía fingir hacer el famoso "dulce o truco" o algo así lo había oído. No le llamaba la atención, los dulces no eran lo suyo. Por otra parte, había cierto lugar bastante arrinconado donde la gente se ponía a bailar, no muy motivador que se pudiera observar, peeero ¡ahí! ése era el lugar que buscaba, LA MESA CON TRAGOS.
Tenía bastante afición con los tragos. No hasta llegar al coma alcohólico, ya le tenía bastante dominada a la bebida, era su compañera de todas las mañanas, tardes y noches; así que ya la tenía dominada, era como tomar agua para ciertos mortales. Pero también tenía cierta afición por matar a aquellos que no la dejaban tranquila cuando de tomar se hablaba. Odiaba cuando era la hora de tomar un buen trago de vino y era interrumpido por alguien o algo. LO ODIABA. Ésto claramente hacía que se ponga furiosa, que la ira brote a flor de piel por todo su cuerpo.

Un pequeño destello con brillos dejó salir a su al rededor, revoloteando las alas algo más rápido de lo que pudo haber volado en su anterioridad ( no es que alguien la haya perseguido ni nada, solamente tenía algo de apuro con beber los tragos y disfrutar del máximo sabor de la bebida por la noche ), a los ojos ajenos sólo se veía como una brillante y dorada mariposa que recorría a velocidad normal en una simple noche de los muertos, pero para ella, ponía toda la garra del mundo para llegar hasta ese lugar.

Y estaba bastante cerca, a menos de cinco metros del lugar, el sabor de la bebida ya recorría su paladar de lo cerca que estaba. Pero, la suerte no jugaba a su favor esta vez. Una mano, la cual rudamente fue estirada contra su camino, hizo que perdiera la concentración (la única que tenía, la cual era UN solo camino, el de las bebidas) y chocara contra ella, ésta hizo que la forma de mariposa caiga al suelo. - ¡Ugh! - ¿tan débil se pudo haber visto eso desde el punto de vista de la estúpida persona que levantó su estúpido brazo para detener el rumbo de una mariposa que solamente quería ser feliz al tomar unos cuantos tragos? No por algo la llamaban Ira.

Cayó al suelo con un ala lastimada, la fuerza de un ser el triple del tamaño de ella podía lastimarla pero sin dudar. Sabía cómo defenderse cuando estaba en esa forma, tenía los mil y un sentidos abiertos cuando se transformaba para una pelea y una simple transportación rápida. PERO NO tenía ni UN sentido abierto cuando se trataba de perseguir a una bebida. La volvía loca, pero no tan loca como lo va a volver la persona que la había tirado.
Fue culpa de ella por estar únicamente pendiente de una cosa sin tener las defensas propias puestas, pero nunca lo iba a admitir.

- ¿Pero qué crees que haces? - y de un simple chasquido se había transformado en esa esbelta figura que la distinguía de las demás - ¡AGH! - podía ser la criatura más odiosa del mundo cuando se trataba de lastimar su forma mariposa. Le tenía un cierto cariño especial, lo cual es algo irónico ya que cada vez que comete un asesinato, sus alas se tiñen de un carmín bastante manchoso.
Sus ojos se volvieron el mismo color carmín ya antes mencionado, la cara era de alguien con pocos amigos, muy pero muy enojada. El ceño lo tenía más fruncido que de costumbre y de un pestañeo a otro ya estaba levantada. No lo pensó dos veces, lo iba a matar. Estaba tan enojada por no poder beber su trago que simplemente saltó sobre el hombre que trató de agarrarla sin ningún motivo (o eso pensaba) y lo tiró, cayéndose ambos al suelo, ella encima de él, colocando su brazo contra su cuello, semi-ahorcándole. - Veremos como te pinta el rojo carmín bajo la hermosa ala de una mariposa -

por **Eventos** Sáb Oct 18, 2014 12:59 pm

Entre los muchos lugares de aquel festival había una gran cantidad de pequeños infantes disfrazados, un escenario bastante pintoresco entre todos los colores, formas, texturas que había por todo el lugar, como una pintura de David Walker, incluso los adultos formaban parte de aquella diversión de hacerse pasar por otros seres, el pequeño juego con el ego de los seres de dejar de ser ellos para convertirse en algo superior, diferente, si, un simbolismo que había perdido toda su razón de ser.

Entre los grupos de niños había uno de alrededor de ocho años que se encontraba alejado de los demás, pidiendo dulces por él solo, pidiendo amablemente “No me da mi calaverita” a casi cualquier adulto, se paseaba por los puestos de juegos, comida, entre las parejas bailando, no tenía importancia alguna lo que los demás estuvieran haciendo, su única misión y objetivo era pedir “calaverita” a los demás.

Fue entonces cuando un breve resplandor capto sus ojos, los que se encontraban ocultos detrás del maquillaje negro y blanco que cubría su piel, puesto su disfraz era el de un esqueleto con una calabaza anaranjada y redonda cubriéndole del torso hasta los muslos; aquello que había captado su atención era una mariposa que se movía con celeridad en un trayecto recto, como si no hubiera otro camino más para ella, hasta que fue detenida abruptamente por la mano de un muchacho que se hallaba disfrazado de un licántropo.

Aquella imagen atrajo fuertemente su atención, por lo cual sus azules esferas oculares se centraron en aquel suceso, hasta el punto en que observo como aquella mariposa se transformaba en una hermosa muchacha, que se postraba dominantemente sobre el cuerpo del muchacho, en lo que a la distancia parecía ser el clásico ritual de cualquier pareja de enamorados de las que se podían encontrar entre el bosque en aquella fiesta.

Impávido corrió rápida y torpemente hacia la pareja, llevaba entre sus manos una pequeña cubeta de madera maltrecha, se podían notar muchas marcas en su cubierta, mientras que en su interior se encontraban unos pocos dulces, entre los que había manzanas acarameladas, algunas mandarinas y unas chocolatitos los cuales botaban de forma asimétrica ante cada paso del jovencito en el azaroso camino de aquel bosque.

Al llegar al costado izquierdo de los jóvenes, extendió con prontitud sus brazos hacia ellos, con la cubeta entre sus manos, y esbozando una gran sonrisa que iba literalmente de oreja a oreja, este efecto lo pudo conseguir gracias al maquillaje que había en su rostro y cuerpo, mientras que con un tono melódico y armónico exclamo casi en un grito -¡Me da mi calaverita!-.

Su mirada se encontraba postrada en los rostros de los muchachos, como si cada ojo estuviera viendo a uno de ellos, y esto sumado a la sonrisa que mantenía daba un aspecto bastante siniestro al pequeño niño, el cual simplemente observaba, pacientemente a los dos, con aquel brillo casi inhumano de su pupila azul, que podría casi tragar a sus objetos de observación si estos no le entregaran lo que les exigía.

por **Muu Dragares** Lun Oct 20, 2014 4:53 pm

- ¿Qué tenía de malo querer tocar una pequeña mariposa? Muu no lo sabía, & menos iba a saber qué ese pequeño acto terminaría en una suerte de asfixia... sólo fue un impulso, nunca pensó en hacerle daño al frágil animal & menos qué eso terminaría en un extraño conflicto. Sus intenciones estaban lejos de acudir a una fiesta para armar jaleo, se había dispuesto a beber plácidamente esas bebidas con un sabor ligeramente frutal, sin embargo fue interrumpido. - ¿El qué... ? - Exclamó cuando de un momento a otro la susodicha forma de vida se transformó en un ser humano, o bueno... en algo similar, fiel a su caracterización había decidido aparentemente retratar al insecto, una pelirrosa & con una buena figura, fue lo qué cayó hacia el suelo cuando el pelirrojo quiso utilizar su tacto sobre ella. De hecho, la flor qué llevaba en su cabeza le quedaba muy bien pero no así el gesto de furia qué imperaba en su rostro, Muu quería disculparse pero no entendía bien la situación. En su lugar tomo otro trago esperando qué los efectos del alcohol empiecen a aparecer, al menos de manera tímida.

- Yo no sabía qué... ¡espera! - Exclamó percibiendo el enojo en la voz & también en la expresión ajena, no pudo evitar soltar una carcajada por lo inverosímil de la situación fiel a su personalidad relajada, aunque sabía no estaba del todo bien. Hubiese hecho por acudir en la ayuda de la fémina, pero su gesto le hacía pensar qué no quería tener nada qué ver con él. No estaba tan errado. Sus orbes rojizos se centraban los ajenos, teñidos de un intenso carmín, qué no hacían más qué reflejar lo qué seguramente por dentro sentía la 'mariposa herida'. - Si sirve de algo... - No pudo terminar de decir lo qué quería cuando ya tenía a un 'demonio' encima, decididamente quería lastimarlo o quizá matarlo... el lobo gris qué estaba a su lado ladraba a la jovencita pero no hizo por morderla, lo qué resultaba extraño.

- El dragun sintió el tacto frío sobre su cuello, el aire lentamente dejó de llenar sus pulmones pero de cierta forma estaba tranquilo. Podría haber utilizado sus escamas para protegerse, asimismo decidió no hacerlo... la mariposa deseaba resarcirse por el daño qué aparentemente le había hecho & le dejaría, hasta cierto punto, permaneció inmóvil un par de segundos hasta qué posó sus extremidades en las ajenas con moderada fuerza & las apartó de su cuello, pero le tomó dos intentos dado qué la joven parecía ser dueña de una extraordinaria fuerza, lo obligó a esforzarse más de lo qué pretendía & de hecho no lo solía hacer, su primer intento fue en vano porqué no esperaba tal poder en los músculos de la pelirrosa así qué los blancos dedos femeninos siguieron firmes sobre su cogote pero en la segunda ocasión retiró las manos & aspiró una larga bocanada de aire, aliviado.. - Te iba a decir. si sirve de algo puedo invitarte un trago. - Finalizó. Se sintió un poco nervioso por la cercanía de sus cuerpos, no había tenido mucho tiempo de fijarse qué la chica qué lo intento asfixiar era bastante guapa, seguía bastante asombrado por la potencia de su delicado cuerpo & eso se podía advertir en su rostro qué se mostraba algo inquieto.

- Dejando de lado eso por un momento, dentro de su campo de visión estaba una cubeta, en la cual se centró momentáneamente. Un chico de apariencia bastante extraña la estaba sosteniendo, no era para sorprenderse puesto qué casi todo el mundo llevaba un disfraz temático. Con una sonrisa terrorífica predominante en su rostro contemplaba, la situación se volvía cada vez más bizarra, por si no fuese poco tener a una chica disfrazada sobre él ahora un pequeño & escabroso jovencito aparentemente estaba pidiendo algo de él. Era Hallowen, quizá era normal, asimismo había algo perturbador en él, & en la situación en sí. - Lo siento, no te escuché... ¿podrías repetírmelo? Estaba demasiado ocupado intentando qué no me ahorquen. - Fue en ese momento qué con una mirada acusadora se posó en la fémina, no sabía si asustarse por la expresión inhumana del pequeño o por el narrado intento de homicidio. Empero no quería hacer qué se enfade una vez más... Muu era inexperto en celebrar el día de los difuntos, se preguntaba si todo esto era una broma o tal vez si sucedía siempre, al mismo tiempo no se podía decir qué la pasase mal pues la adrenalina qué recorría su cuerpo era un sentimiento bastante interesante, aunque no se esperaba qué el huargo grisáceo qué lo acompañó, Viento Gris, mordiera la mano del niño ojiazul con tal de quitarle la cubeta & lo qué hubiese allí. Sólo restaba pellizcarse para verificar qué todo esto fuese real, aunque no hiciese falta... se quedó sin habla.

por **Nemesis** Mar Oct 21, 2014 9:56 am

No entendía por qué estaba tan calmado aquél con orejas de lobos muy extrañas. Estaba siendo atacado por alguien que al parecer tenía algo de fuerza bruta, extrangulando su pequeña y delicada garganta pero aún así tenía más aires de calmado que cuando ella dormía. ¡Qué estaba ocurriendo!. Sentía que ese pequeño vaso que estaba vacío se llenaba con pequeñas gotas de agua, gota por gota, aunque su temperamento era muy diferente cuando no estaba en situaciones como ésta, sentía las ganas de forjar con esas finas y aparentemente delicadas y frías manos que tenía, el cuello del muchacho.
Los ladridos o aullidos de su mascota no ayudaron al caso en nada, sentía una pequeña y mísera frustración al oírlo gritar en su contra; de cierto modo le inquietaban tales ruidos.

Un mohín de disgusto reflejó-se en su rostro que anteriormente había perdido la mirada en el acompañante del lobo, dirigió la mirada al de orejas falsas en la cabeza y lentamente presionaba contra sus pequeños ganglios. La presión que forjaba contra el de orejas de lobo no era tanta en comparación a nada. Era bastante poca a decir verdad, pero esa poquita fuerza hacía que este que trató de sin tacto alguno tocarla, no pueda zafarse así de fácil; estaba algo exaltada, mas el nivel de enojo tiene que ser lo suficientemente alto como para que entre en contacto con esa ira interna que tanto la alimentaba y pudiera matarlo, obviamente no estaba ni a un 10% de hacer tal acto... todavía.
Su ceño seguía un tanto fruncido hasta que se notó un vago movimiento de la ceja semi alzada para arriba cuando escuchó que el chico que estaba bajo suyo le invitó a beber; el tema del alcohol era muy delicado con ella, era como que una de sus debilidades, además, justo antes de que éste arruinara todo, justamente iba a ir por un trago para calmarse.

La idea de estar cuerpo contra cuerpo con alguien más le hacía bastante familiar, era algo que hacía todos los días; la costumbre ya le había arrebatado el interés, por lo que lo último que iba a preocuparse era el estar chocando varias partes del cuerpo de forma no tan inocente. - Me lo debes - su tono de voz había variado, el alcohol poseyó casi todo lo que podía del enojo que antes pudo haber tenido la peliblanca. No tenía aires de enojo, y mucho menos se asemejaban a cuando de Ira se trataba. En estos momentos un pequeño escalofríos del bien cruzó su pecho con solo oír el llamado del alcohol. ¿Ponerla de nuevo en sus casillas? sí, digamos que ése era su calmante. Beber hasta que no pueda más, para luego beber más y más hasta que se le suba más allá del cerebro y quiera matar a todos los que estaban en frente y más ( aunque era del tipo de los que bebe y su faceta cambia drásticamente, podría decirse que pareciera otra persona).

Era casi nula la posibilidad que deje a su presa con vida sin antes haber cobrado por haber pecado y, éste era uno de los casos más atípicos. Lentamente pero con una precaución bastante sigilosa empezó a mover su brazo, juntandolo hacia ella, notando de nuevo la cara del muchacho; bastante preocupado pero a la vez despreocupado. Una mezcla de emociones. Y no lo culpaba.
Una vez a punto de levantarse, nota la pequeña y muy extraña presencia de un niño cuyas prendas combinaban a la perfección con la temática de éste día; tenía algo bastante raro y bizarro con esa forma de pedir las cosas, pero le pareció muy valiente al ver como se acercó mientras ocurría lo pasado.
-¿ Calaverita ? - frunció el ceño de nuevo. No terminó de pararse, quedó sentada en el muslo del pelinegro, con el semblante algo estupefacto, preguntándose qué querría decir tal niño - ¿A qué te refieres, niño? - ser niñera nunca fue lo suyo y menos si había alcohol cerca, así que haría todo lo posible para mantener a los infantes lejos. La ponían algo nerviosa. Notó que en sus manos llevaba una cubeta vieja, con ciertos dulces dentro... ¿qué significaba eso? No era una experta, a decir verdad, sabía poco y nada sobre ésta celebración. En su época, se celebraba asesinando y colgando los cuerpos frente al capitolio de la ciudad, en forma de agradecimiento a los dioses de la muerte. Notó el cambio injustificado de la celebración. Pero no entendía el por qué de la cubeta y menos los dulces

por **Eventos** Miér Oct 22, 2014 10:29 pm

Aquel pequeño jovenzuelo no se veía para nada interesado en las acciones de los jóvenes, pudo escuchar algunas de las palabras referentes a iniciar el consumo de las bebidas enervantes de aquella fecha especial, pero todo aquello era quizás algo que alguien de su edad no pudiera entender o, siendo más específicos, no le importaba, él se desplazó frente aquella pareja para obtener la tradicional ofrenda del día de los muertos, y no sé iría de ahí sin obtenerla u otorgar una “travesura”.

La azul mirada de su rostro no de apartaba de los jóvenes quienes se hallaban realmente en una pelea por algún mal entendido acontecido entre ambos hasta que este los interrumpió y sendas miradas se postraron sobre él, inquiriendo ambas sobre el porqué de la cubeta y su extraña petición, no había ningún problema en repetir la oración pues era obvio que llego en un momento demasiado atrayente entre ambos.

-¡Denme mi calaverita!- volvió a repetir el muchacho, mientras daba un pequeño tumbo a su cubeta, la cual seguía extendida, para hacer sonar los caramelos que estaban en su interior hasta que el acompañante lupino del varón se precipitó con sus fauces abiertas hacia la diestra del infante.

La imagen que se mostraba ante los ojos de la pareja era la de los colmillos del lobo enterrándose con brutalidad en la pequeña mano del niño, la sangre empezó a se disparaba en borbotones manchando el hocico del cuadrúpedo, en reacción el pequeño soltó su cubeta en un acto reflejo mientras la sangre se desparramaba en los caramelos, intentando soltarse del animal el oji azul con brusquedad se hecho hacia atrás, más la fuerza del animal era superior y este se encontraba jalando dando como resultado que su pequeño brazo le fuera arrancado de su cuerpo, lo que termino dibujando una charco de sangre debajo del niño, quien caía de sentón sobre este, mientras los gritos de dolor inundaban el lugar.

Es entonces cuando todos los visitantes de aquella fiesta voltean a donde está sucediendo todo aquello, como insectos todos en un radio de siete metros abandonaron sus actividades para rodear a la pareja, formando un círculo bastante ominoso, con las miradas fijas sobre los jóvenes.

Algunos de las personas que se encontraban en aquel motín tomaron al acompañante del joven disfrazado de hombre lobo, las manos que lo sujetaban y jalaban fueron tantas, con tal furia durante su forcejeo que, como si se tratara de una obra macabra, pudieron separar las extremidades que se hallaban jalando del torso de aquel animal, quedando solo una mancha carmesí sobre el oscuro piso de aquel bosque.

Fue en ese mismo instante en que los sonidos del bosque cesaron, no había perturbación alguna, no se podían siquiera escuchar las exhalaciones de los presentes, era como si algo impidiera; a la par con los sonidos los aromas del aire cambiaron, no se podían percibir los aromas de los alimentos, las bebidas, de las velas y otras fuentes de luz, lo único que se podía notar era el conocido olor de la tierra mojada.

Aquel infante aún se encontraba tumbado en el piso, frente a la pareja y los restos del cuadrúpedo, no había podido salir del circulo creado por las demás personas, aunque esa nunca fuera su intención, su mirada se encontraba fija en los muchachos, sus ojos azules habían desaparecido, solo se encontraba un resplandor ígneo y fatuo por ojos, era una mirada diabólica la que se dibujó a la par de la sonrisa de su rostro, inmóvil solo pudo mover suave y lentamente sus labios para dar rugir, rugir como una bestia salvaje que jamás se hubiera escuchado en el reino de End -¡TRAVESURA!-.

En la mesa de frente, donde reposan las bebidas que nuestros protagonistas deseaban beber sin vicisitud alguna siguen ahí, conservándose frías gracias al efecto de los hielos, mientras todas las personas se sirven en sus tarros entre risas y cantos, para los demás el lobo se encuentra ladrando a la esbelta muchacha que está encima del varón, y jamás se acercó niño alguno a ellos, como si todo aquello que perciben el dragún y la demonio se encontrara en una dimensión alterna, o al menos sus mentes.

Es probable que algunos seres puedan introducirse en aquella zona, pero solo aquellos que tengan el valor de acercarse a la pareja que monto todo un espectáculo.

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Off: Le deje mensaje a Arya de que me salte su turno de veinticuatro horas por razones de calendario, pero que se incorpore en cualquier momento al tema sin miedo, más con prontitud, solo nos quedan nueve días.

por **Muu Dragares** Vie Oct 24, 2014 6:25 pm

- El gris lobuzno se había sentido inquieto desde el principio con la presencia del niño pintado como un sádico esqueleto, quizá todo el ambiente de fiesta & las personas vestidas de diferentes criaturas místicas, o diabólicas había sido motivo de desconfianza qué normalmente era tranquilo, pero el dueño de la frase 'deme mi calaverita' alteró el estado de este al punto qué había pasado al punto de ser totalmente violento. Abrió sus fauces llevándose la 'humanidad' del individuo con sus dientes, penetrando músculo & tejidos sin dudarlo. Muu conocía perfectamente la fuerza qué podría llegar a tener la mandíbula del huargo, & pudo vislumbrar como estaba actuaba sobre el pequeño brazo de la criatura, por ende concluyo enseguida qué no tenía la verdadera intención de lastimarlo, qué era un mecanismo de defensa. Sólo sentía desconfianza o temor hacia él... ¿qué razón tendría? Wind Grey era poseedor de un gran instinto animal, qué rara vez se equivocaba, pero aún así todo indicaba qué al pelirrojo se le haría un gran problema. ¿Acaso alguien entendería lo qué acaba de suceder?

- De rojo se empezaba a teñir el suelo. - Esto no va bien. - Se dijo el dragun con los orbes posados sobre el brazo ajeno, hizo por acercarse a él para 'ayudarlo' a pesar del asombro en el qué no paraba de caer, el pelaje gris del revolucionado animal tomaba el mismo tinte & la situación iba de peor en peor, no había sido suficiente con hacer caer a una chica en su vuelo sino qué ahora por su culpa un engendro resultó herido de una manera abrupta, la calabaza yacía en el suelo ignorada mientras el otro caía de bruces en un pequeño charco de sangre, la imagen no era nada placentera. ¿Propia de Halloween? El pedazo de carne qué solía ser la extremidad del infante decía eso.

- ¿Como podía sentirse Muu, sorprendido, asustado, arrepentido, culpable? Su rostro era un híbrido hijo de la preocupación & sobretodo de la estupefacción, quería reprender al lobo, asimismo no solucionaría nada... aún la mariposa caída yacía sobre sus piernas, no hizo por retirarla, por algunos segundos se olvidó de su presencia a pesar del inapropiado & estimulante contacto. - Esto es lo qué te ganas por querer invitarle un trago a una señorita. - Fue lo único qué pudo decir antes de qué el chillido del canino llegue a sus oídos, advertía las miradas qué se posaban sobre ellos rodeando al cuarteto, el niño tan convaleciente como tenebroso, la iracunda fémina, el abatido reptil & la criatura manchada de sangre, cuyos chillidos se transformaron en gruñidos agresivos en tanto contemplaba la multitud acercándose peligrosamente. Quiso pelear, darles batallas, pero eran muchas manos, demasiadas como para contarlas, & eso genero qué el animal terminé en pedazos, desarmado, como si fuese un simple saco de vísceras, huesos & carne. Bueno... muchos sacos, todos desparramados sobre la superficie cual pulpa de tomates en una olla, con la cual Muu había sido asquerosamente salpicado.

- El ritmo cardíaco del reptil había aumentado enormemente de cinco segundos a esta parte, sus palpites eran tan fuertes que podrían ser escuchados tal vez por todo el bosque, su rostro tomó un vuelco de un tinte rojo natural & el disfraz de licántropo llevaba la sangre de su compañero de toda la vida. Quien era prácticamente su familia. Era un escenario tan irreal qué resultaba difícil de creer, lentamente la desesperación tomaba protagonismo & se hacía el personaje principal en su maraña de sentimientos, & la hijo prodigio de la desesperación desde antaño fue nombrado como 'ira'. El pelirrojo no sabía qué tenía tal pecado sobre su regazo, pero el mismo también se adueñó de su ser & lo apresó desde dentro. ¿& qué era significaba esa lúgubre expresión en el rostro ajeno, acaso era un juego para él? De pronto sintió la necesidad de arrancarle el otro brazo al trastornado personaje de ojos azules, no obstante algo lo acalló...

- Fue una exclamación ¡La exclamación más terrorífica conocida por Muu! Había oído gritos de guerras, suplicas de piedad, mas nunca un vigor tal qué lo hiciese retractarse, era un sonido desesperanzador. El sudor frío recorrió la nunca del oriundo de Nightmare, los músculos de su cuerpo se tensaron & las siluetas a su alrededor se volvieron sombrías como la de decenas de demonios bailando a su alrededor e intentando hacerse con un festín con su sangre & carne, e incluso en esa situación la figura de la mariposa seguía clara. No podía acudir a nadie más. - ¿De qué se trata esto? - Replicó esperando por una explicación que posiblemente nunca llegaría, toco su cintura e intentó hacerla a un lado como desconfiando hasta de ella. Finalmente se paró por sus propios medios desafiante ante la sombría silueta de quien creía era el hacedor de todo esto. - ¿Aún quieres tu jodida calavera? - Su alto tono voz hizo eco, como si estuviese en el descampado, la sensación predominante le indicaba qué el mundo había sido tragado, qué todo había desaparecido. Locura, desesperación, o magia parecía yacer en un inexplicable vacío, tanto emocional como geográfico, porque de alguna manera había sido transportado del bosque de Elfenorth hacia el mismo infierno.

por **Arya Sawn** Lun Oct 27, 2014 10:49 am

Terminé la comida, no me había llenado del todo ni siquiera me había recuperado de la andanza hasta aquel lugar, pero al menos me había proporcionado las energías necesarias para levantarme de la mesa alejada del mundo en la que estaba sentada y disfrutar un poco más de la fiesta. No sabía muy bien que hacer, no conocía a nadie de allí y estaba un poco perdida solo me limitaba a observar los disfraces que la gente llevaba a veces con sorpresa y otras veces con ilusión, aunque algunos me decepcionaban ya que dejaban bastante que desear, tambien me dedicaba a escuchar algunas conversaciones que tenían y sobre todo añorar mi hogar donde me dedicaba a gastar bromas a todos los descuidados (y a los que no lo estaban), podría hacerlo pero ahora mismo no se me ocurría ningún buen truco de halloween o al menos no con los materiales que tenia a mano.

Fué entonces pensando en todo aquello y paseando entre el gentío cuando observé una escena bastante peculiar, una pareja observaba algo no sabía que pero por sus gritos y expresiones no era algo demasiado agradable. Dudé unos segundos, deseaba acercarme o más bien era mi parte de exploradora curiosa quien lo deseaba, mi parte prudente y sensata me hacía permanecer en el sitio cuando otro sentimiento más afloró el de la amabilidad, tal vez necesitaban mi ayuda; eran dos contra uno no había otra elección así que me acerque a ellos mientras decía -Perdonad ¿Estaís bien? ¿Os pasa al...?-Mi voz se quebró y como si de una vision se tratase salida de la nada apareció ante mi un niño y pronto presencié algo parecido a una pesadilla un lobo en el que no había reparado antes tal vez por que no me pareció importante o simplemente por que no estaba se avalanzó sobre el niño y de pronto se abrió ante mi un baño de sangre, no miré más me tapé la cara con las manos y me negué a contemplar más, pero no retrocedí el miedo me había paralizado.

Pasé un rato así no se cunato ni se que paso durante el tiempo en el que intenté evadirme del mundo pero si se lo que me devolvió a la realidad, un grito de -¡TRAVESURA!- Abrí los ojos y comprendí que nada había pasado, que todo aquello era una broma, una broma de mal gusto pero que se le iba ha hacer estabamos en Halloween o al menos esperaba que fuese una broma; fué entonces cuando decidió mirar a la cara a la pareja por la que se había acercado, un hombre pelirrojo y una mujer peliblanca, el hombre estalló y no era para menos, todo aquello era raro, no era siniestro, no era horrible, no era mágico era una mezcla de casi todas las palabras que en aquel momento pasaban por mi mente.
Estaba confusa y bastante perdida, no sabía muy bien que hacer o decir y posiblemente las palabras que salieron de mi boca no eran las más acertadas pero no se me ocurría decir otra cosa. -¿Qué.. Qué está pasando aquí? -Ya he dicho que no era la pregunta más inteligente y original del mundo, pero por alguna razón me pareció la más oportuna para la situación.

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OffRoll: Siento la tardanza, he tenido unos días muy ajetreados y no he podido pasarme, además siento haber saltado el turno de creo que Némesis pero no podía esperar más, espero participar más ahora y de nuevo perdón y gracias por dejar unirme.

por **Eventos** Mar Oct 28, 2014 12:56 pm

Al acercarse para interrogar al niño todo el ambiente en un área de unos pocos centímetros alrededor del infante comenzó a descender abruptamente su temperatura hasta el punto que se podía observar la creación de escarcha de hielo en la piel de este, seguido de una extraña transformación de su físico, pareciera como si su cuerpo se estuviera secando a gran velocidad, hasta el punto de solo dejar piel pegada a los huesos.

Durante esos momentos la “multitud” que se encontraba rodeando el lugar pareciera que se cerraba cada vez más hacia la pareja, con el objetivo de “tragar” entre ellos la imagen del pequeño, del cual solo se podían escuchar atronadores gritos de dolor y desesperación entre berridos y voces demoniacas que parecieran venir del más allá, una sinfónica de terror sin duda alguna.

De entre la muchedumbre comenzó a levantarse un imponente esqueleto de alrededor de ocho o nueve metros –humano aparentemente- el cual se encontraba ennegrecido y con varias concesiones, contaba con dos pares de brazos, los hombros, puños, pies y cráneo se encontraban llenos de picos y una serie de seis cuernos coronaban el cráneo en su parte superior, contaba con dos colas esqueléticas que movían por el aire.

Aquel extraño ser emitía un rugido gutural que en su interior contenía los gritos de varias personas y animales, una extraña psicofonía producida por sus fauces llenas de colmillos, comenzó a moverse manera violenta y veloz estrellando su puño contra la gran masa de “personas” que se encontraban formando la cadena que se iba cerrando hacia los jóvenes.

Viseras, órganos y sangre era todo lo que los movimientos de esta creatura dejaban a su paso, un espectáculo peor que el destino del can compañero del dragun. El esqueleto precipitaba sus fauces hacia sus puños y el suelo en una especie de imitación de los animales hambrientos, se encontraba devorando los restos de aquellos seres.

Ante cada pedazo de carne sanguinolenta que devoraba pareciera que se regenerara sus órganos y músculos, siendo lo primero en aparecer en su cráneo unos ojos azules, intensos como las llamas que no apartaban su mirada de la pareja mientras devoraba, les indicaba que ese era su destino, ser su alimento, ser parte de él y terminar de crear el cuerpo que estaba en ese momento generando.

La creatura inclino su cuerpo para lamber, con su recién formada lengua, los restos de cuerpos y sangre que se estaban a los pies de la pareja, con el hocico abierto y a esa distancia era fácil para cualquiera poder percibir el aroma de la descomposición y putrefacción brotando de las profundidades vocales, en especial para el pelirrojo que ya estaba erguido intentando afrontar a lo que fuera estaba frente a él.

-¡TRAVESURA!- exclamo una vez más aquel ser, y los gritos de cientos de almas se podían escuchar en una forma completamente asincrónica, pero algo era fácilmente palpable, el dolor y odio de todos aquellos seres gritando.

Fue entonces cuando la pequeña adolecente rubia en su propia duda, quizás algún otro sentimiento, dejo que su mente hablara con lo primero que pudo, una duda bastante honesta, pero con prontitud una voz femenina, capaz de llenar cualquier corazón en duda o temor con paz y armonía, una voz tierna y dulce que solo una madre podría tener –Parece que mi pequeño les está causando algunos inconvenientes-.

Entonces una mujer de alrededor de metro ochenta, con un fino vestido negro acompañado de un sombrero de ala larga y un leve velo que cubre su rostro, maquillaje a la par e igual de fino, si cabe mencionar, que disfrazaba su silueta de un esqueleto, postro sus frías manos sobre los hombros de la joven hada e inclino un poco su rostro para poder ver de lado a la jovencita sin lastimarle con el sombrero.

En el momento en que aquella mujer apareció y hablo todo pareciera que volvía a la normalidad, no había ningún ser colosal frente a la pareja, los cadáveres y restos no existían, ni siquiera había mancha de los mismos en la tierra del bosque, y el compañero lupino del joven pelirrojo seguía ahí, a su lado, al igual que aquel extraño niño seguía frente a él con su cubetita de madera extendida.

-Espero que mi hijo no les haya causado molestias, es un poco juguetón cuando se trata de estas fiestas- la extraña dama soltó los hombros de la rubia para dirigirse hacia su hijo, y extenderle la mano para que este la tomara, cosa que realizo, y procedió a retirarse con el pequeño, ya cuando se encontraba a un par de metros se voltearon para dar un último mensaje a nuestros tres protagonistas.

-Espero que para la próxima no les toque travesura y que se diviertan los tres juntos- comentó en una suave voz la mujer, que a pesar de la distancia los tres jóvenes pudieron escuchar con tanta claridad como si les susurrara al oído, mientras que si prestaban algo de atención a esta dama podrían notar los mismos ojos de un tono azul más intenso que los de su supuesto niño, mientras que aquel maquillaje de esqueleto a la distancia parecía más como si realmente fuera uno.

por **Nemesis** Jue Oct 30, 2014 3:48 pm

OFF:

No pudo evitar quedarse en una especie de trance de mal momento al ver tanta sangre que caía del brazo del niño que vestía de forma aceptable para el lugar, el niño que le había pedido calaveritas, lo cual todavía no entendía el significado de este; ¿eran todos así en esta fecha especial? Por qué aquella criatura tenía tanto interés en la cubeta del niño... ésta sólo contenía dulces, chocolates y cosas sin valor, nada en especial, solo y únicamente intereses palpables para niños. ¿Era necesaria dicha agresión? Y, aunque el mismo pecado se cuestionaba dicho acto de brutalidad, siendo que la misma era una asesina en serie, no comprendía los hechos del animal. Fue, literalmente, de la nada. El niño no les molestaba, simplemente estaba sugiriendo, más bien, obligandoles a darles algo que ni siquiera uno de ellos sabía qué era; pero esto no era tema de masacre ¿o si?

Sus ojos se tornaron de un color amarillento, deslumbraban un aire más tranquilo al ver dicho acto, digamos que la rabia ya no ocupaba un lugar en su nulo corazón, ni en ningún lugar de su cuerpo, o eso pensaba. Se había distraído bastante con lo que había ocurrido recién, toda esa gente reunida al rededor suyo; susurrando cosas, gritando sin aire, espantados. Tanto drama para una sola noche la había sacado de estado.
No logró poder decir nada por tal impacto que le había pasado al niño pequeño, es más, sintió como todo su cuerpo se había petrificado hasta divisó al pequeño que no pudo moverse del lugar y únicamente mover los labios y pronunciar: "TRAVESURA"; para luego sentir como con un toque de miedo y desconfianza transpasados por los finos y largos dedos que la hacían a un lado.
De un momento a otro había pasado de estar en los regazos de lo que sería un hombre lobo a estar en el suelo, cerca de aquella sangre derramada, bajo la luz de la luna que reflejaba con culpabilidad lo que había sucedido.

Se levantó de un salto, volviendo a su ser, tratando de compensar y preguntarse una y otra vez qué había sido aquél lapso de tiempo en la que perdió control de sí misma y lo único que pudo hacer es observar con una sonrisa lo ocurrido. De pronto, a unos pasos del pelirrojo, el niño y ella, se escuchó con algo de acción tardía, un grito bastante seco y terrorífico. Bastante bueno para una noche como la que estaban acudiendo. Le daba un toque más horrendo y aterrorizante a lo que estaba sucediendo o lo que había sucedido dos minutos atrás.
Giró la cabeza con el ceño bastante fruncido notando que naturalmente el grito había sido originado por una niña de cabellos verdes como la esmeralda, al ver lo que había sucedido recientemente. Delante de ella ciertamente estaba otra niña, a diferencia de la otra ésta llevaba rizos amarillentos, notando una pizca de curiosidad al evento pasado.

Quedó sin responder nada, no debía explicaciones a nadie y seguía queriendo su maldita bebida. Una que alguien ahora le debía. Sus pensamientos fueron irrumpidos por un fuerte olor a mugre y putrefacción juntas. Un olor que estaba más que acostumbrada a vivir con; era el niño en una especie de transformación casi indiscutible.

La muchedumbre volvió a rodearlos mientras el niño se convertía en una especie de... no, no tenía palabras para describirlo, lo siguió con los ojos mientras éste se convertía en carne y tomaba la forma de los individuos que acababa de devorar. Su mecanismo de defensa era la siguiente; rápidamente forzó unas pequeñas bolas de materia negra al rededor de sus manos, haciendo que éstas, en cualquier momento, creen un campo de escudo para su persona y para que éste no la devore... cosa que al parecer estaba a punto de hacerlo.

Pero tratar de defenderse fue en vano. Segundos después de la masacre en el bosque, una mujer fina y elegante había hecho presencia muy cerca de ellos. Tratando de regañar al pequeño niño que ahora, como si nada hubiera pasado, traía de nuevo su cubeta y el cuerpo que antes se había presentado ante ella y el lobo - Necesito algo de beber - digamos que un maldito susto se había llevado, ya estaba pensando en atacarlo, en defenderse, en mil y un formas de robar la ira que tenía dentro pero no... vanos pensamientos gracias a la madre del niño que hizo presencia y tornó respeto ante ellos.

Un pequeño escalofrío la llenó por todo su cuerpo, haciendo que su cuerpo se meciera hacia un lado, con una rapidez bastante intensa para los ojos humanos ¿qué había sido eso? Malditos aficionados. Notó algo bastante extraño en la dama, se veía a leguas que no llevaba nada de cosméticos encima sino que era pura esquelética; o por lo menos ella lo notaba perfectamente. Puede que esté equivocada pero así no lucía el maquillaje en una piel tan perfecta como la de la dama. Algo tramaba ese niño pero era el tema y responsabilidad de otra persona, no quería meterse con nadie más sólo tomar su trago y capaz ver más de la fiesta.
No pudo disfrutar de nada, lo que había ocurrido fue innecesario para su día de "descanso". Primero le atrapan como ni que mosquito de invernadero y luego presencia una broma de mal gusto para muchas personas. ¿Y dónde estaba la hora del trago?

- Todavía sigue debiendome algo...- como si nada hubiese pasado, dirigió la mirada al lobo, quién seguía parado alejado de ésta. Se dirigió a la mesa de tragos que no quedaba muy lejos de ellos. En realidad estaba casi frente a la mesa - ¿O quiere presenciar otro acto macabro? - seguía dirigiéndo la palabra a éste mas esta vez dirigió la mirada al hada de cabellos rubios cuyos ojos seguían disparando una onda de dudas inexplicables por lo sucedido.

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